lunes, 24 de octubre de 2011

Cashapampa

Después de cuatro horas de espera, salimos hacia Llamacorral en el Valle de Santa Cruz, la entrada al valle nos dejó boquiabiertos, aunque sus cuestas empezaban a castigar a nuestros músculos, cuatro horas nos pasamos subiendo, arreando a los burros entre Evaristo, nuestro arriero y Sebas que había aprendido rápidamente aquel lenguaje fácil y preciso del arriero y castigados duramente por unos
pequeños mosquitos que nos atacaban sin piedad, estos insectos, sumamente pequeños nos picaban y nos dejaban unas ampollitas con una gota de sangre coagulada que al reventarlas aún nos picaba más y nos dejaban señales que nos duraron semanas, la subida fue un verdadero infierno, luchando con los burros, los mosquitos y la interminable cuesta.

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