viernes, 6 de enero de 2017

ENTRAMOS EN TIBET

Kodari


El valle de Kathmandú, cada vez es más pequeño y lejano, a las ocho de la mañana paramos a desayunar en un bar junto a la carretera con unas vistas sobre el valle increíbles, allí entablamos conversación con Claudio, está enfermo, nos cuenta que ha estado vomitando toda la noche, le doy una pastilla de almax y al rato parece que está mejor. Continuamos el viaje, la carretera asfaltada da paso a una pista de tierra cada vez más deteriorada, en algunos puntos, una máquina de cadenas se esfuerza en reparar los desprendimientos para que los vehículos puedan pasar.


Al cabo de seis horas llegamos a Kodari, una pequeña aldea donde nos deja el minibús, cargando todo nuestro equipo debemos andar unos cientos de metros y cruzar el puente de la Amistad sobre el río Kosi Kola, los vehículos no pueden cruzar, pasamos por delante de un centinela chino que nos saluda militarmente, nos llama la atención su uniforme perfecto, pero esta con zapatillas de deporte.



El puente de la amistad sobre el río Kosi Kola.

Bueno ya hemos cruzado, ha sido fácil, las guías hablaban de varias horas en la frontera, y nosotros hemos pasado, subido a los coches y salido hacia la aldea de la parte china, Zagmu (Kaasa), en coche se tardan unos quince minutos, allí volvemos a parar, ¿que pasa?, ¡que la frontera está aquí!!!! .
Los soldados del paso fronterizo son muy jóvenes, parecen niños, pero con muy mala leche, tratan muy mal a los tibetanos que intentan cruzar a pié cargados con grandes saco de grano, nosotros tardamos quince o veinte minutos, comprueban el visado y pasamos sin problemas.
Aquí en la frontera, un chino quiere subir a nuestro coche, yo le digo que allí no sube, pues ya vamos cinco y el conductor, le echo de allí y se va para el otro coche, con los jóvenes de Israel, luego me enteré que era nuestro guía. Paramos a comer en un sitio que estaba razonablemente sucio, pero la comida estaba buena, Tugkpa, sopa de verduras con fideos, que se convertiría en nuestro plato favorito durante el viaje.
Después de comer subimos al coche con nuestro conductor, Tsonam, que solo hablaba tibetano, bueno lo cierto es que no sabemos lo que habla, Toni y yo le hablamos en valenciano, total no nos entiende, y para nosotros es más fácil, Mari y Alicia nos lo recriminan pero ¿qué podemos hacer?.



El camino cada vez es más difícil, pero el paisaje es maravilloso, la carretera es de tierra, bastante ancha, en las inmediaciones de los torrentes se estrecha bruscamente por los desprendimientos, los abismos son impresionantes, los tenemos a nuestra izquierda en el sentido de la marcha, así entre tumbo y tumbo vamos ganando altura, Zagmu está a 2300m y debemos llegar a Nyalam (Condu) a 3850m.




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