En Tam no había mucho que ver, así que nos dedicamos a pasear y no hacer nada, estamos a 30 de noviembre, San Andrés, el santo del capitán, no sé como, pero ha organizado una fiesta en el hotel Tahat, se hizo amigo del cocinero y nos prepararon una cena magnifica con pastel y todo, al final terminamos la fiesta en la terraza de los infieles, lugar así llamado por nosotros porque solo permitían el paso a los turistas bebedores de alcohol.
El día 2 de diciembre,
pagamos la factura del camping para poder salir temprano al día siguiente con
dirección a Aïn Salah, y desde allí a Reggane.
Esa noche dormimos en
las inmediaciones del café donde hicimos la pintada de C’an Pinet, a donde
llegamos con la luna más bonita que pudiésemos imaginar, como ya tenemos
práctica montamos el campamento en muy poco tiempo, el equipo de cocina inicia
una actividad frenética y a eso de las nueve estamos cenando, luego un poco de
brandi, tertulia y a dormir.
Jesús, Vicen, Emilín y
yo, ocupamos el techo del camión, allí sobre una vieja alfombra ponemos
nuestros sacos de dormir, como la baca tiene una pequeña barandilla no hay
peligro de caer, con el toldo del revés hacemos una improvisada tienda de
campaña para protegernos del frio de la noche.
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