Fuimos al camping municipal, situado cerca del hotel El Gourara, estábamos muy cansados y hacía mucho calor, nos duchamos y nos
quedamos casi en coma,
pero unas horas más tarde estábamos como nuevos, fuimos al centro a llamar por
teléfono a casa, una gran antena parabólica nos indicaba donde estaba la
telefónica. Allí nos reímos mucho con uno de los viajeros al que llamábamos “la
tía maría”, le salió la operadora hablándole en francés y el solo gritaba
“máma, máma”.
Fuimos a ver el hotel
“L’Oasis Rouge”, el más antiguo de la ciudad, para disfrutar de su arquitectura
sudanesa.
Por la tarde Juanjo,
Vicen, Jesús, el Capitán y yo fuimos al hotel El Gourara, allí desde la terraza
estuvimos disfrutando de la magnífica vista del palmeral y la sebka, y de las
únicas cervezas frías del hotel.
Todos estuvimos de
acuerdo que aquel lugar era para volver y estar relajado en aquel paraíso, más
si cabe por la posibilidad de llegar en avión desde Argel.
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