Al llegar fuimos
directos al camping y montamos toda nuestra intendencia queríamos aprovechar
las últimas horas de luz solar para subir a la gran duna.
Con el sol de la tarde
las dunas tenían un color naranja precioso, Emilin decía que veía unas formas
de mujer en las dunas, debían ser los dieciocho días que llevábamos en el
desierto……..dejamos que se hiciera de noche, y fue un espectáculo increíble la
vista de aquel cielo limpio y transparente.
Esa noche durante la
cena Miquel y Pepe no paraban de criticar la comida del capitán, y ellos se
fueron a cenar al pequeño hotel situado frente al camping. El capitán había
preparado un estupendo hervido y una sopa de ajo capaz de alejar a los mas
persistentes vampiros, estaba todo buenísimo, ellos habían vuelto y Miquel
quiso probar la comida, pese a las criticas anteriores, lo que Jesús,
defendiendo al capitan, no consintió que la probase, sujetándole la mano,
evidentemente Miquel no pudo con la fuerza de Jesús y de la rabieta dobló el
tenedor, pero no comió la comida que antes menospreciaba.
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