A las cinco y media de
la madrugada nos levantamos para salir hacia el aeropuerto a las seis, vino a
buscarnos un todo terreno y nos apretujamos con dos chicas holandesas para tomar el avión a Rurrenabaque en plena
selva del Amazonas, el avión tenía que salir a las siete y media, pero nos
dicen que aun no ha llegado, al cabo de una hora nos dicen que el avión no
vendrá, porque la pista de aterrizaje de Rurrenabaque es de tierra y ha llovido
y no puede salir por el barro, quizás el miércoles, para nosotros es muy tarde,
volvemos al hotel y cambiamos el viaje por otro a Copacabana, junto al lago
Titicaca. Dedicamos el día a comprar regalos.
Salimos temprano en un
minibús hacia Copacabana, no confundir con la de Brasil, al llegar a Tiquina
cruzamos una parte del lago Titicaca, los pasajeros en una lancha y el autobús
en una barcaza.
Antes del mediodía, por
una carretera polvorienta llegamos a la ciudad de Copacabana, buscamos un sitio
para comer, luego fuimos a dar un paseo por la ciudad, visitamos la iglesia,
construida por los españoles, y dedicada a la virgen de la Candelaria.
Más tarde, nuestro guía
Luis, nos condujo a un observatorio Aymará, el sol, el día del inicio del
solsticio de verano, pasa por un pequeño agujero tallado en la roca y se
desliza entre dos rocas colocadas verticalmente marcando así el solsticio de
verano.
Nosotros no pudimos ver
este fenómeno en directo, pues se produce el 24 de junio, pero Luis nos mandó
unas fotos donde se aprecia lo explicado.
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