Fui al consulado a
recoger los billetes y los pasaportes de los cuatro, donde los teníamos
guardados, conseguí que la compañía aérea nos pasasen cuarenta kilos de
equipaje a cada uno para la vuelta, la cónsul me dijo que esa noche había una
recepción ofrecida por el presidente del gobierno a los españoles que estaban
en Bolivia, me dio una invitación y me dijo que habría comida.
A la hora fijada me
acerque por allí, pero vi que la gente iba muy peripuesta y me dio un poco de
corte entrar en vaqueros y botas de montaña, ya me marchaba cuando vi a dos
tíos vestidos como yo, y eso me animó a entrar.
La puntualidad no parece
ser el punto fuerte de Felipe González, llegó a las nueve, una hora y media
tarde, el retaso es intrínseco en los políticos al parecer.
Dijo unas palabras
dirigiéndose a los españoles residentes exaltando su trabajo y su abnegación,
muchos de aquellos hombres y mujeres estaban allí desde la guerra civil, para
ellos fue un acto muy emotivo.
Luego los asistentes
fueron a saludarle, algunos perdieron el control y se abalanzaron sobre él para
poder fotografiarse en grupo, lo cierto es que lo pasé bien observando el
espectáculo, los mayores con la emoción en los ojos, otros más jóvenes perdían
el culo por saludarle.
Moviéndome entre la
gente me junté con un grupo de cinco españoles, uno era de Toledo, tenía unos
cuarenta años, y junto a su socio poseía algo más de cuarenta mil hectáreas en
la zona del Beni, y se dedicaba a la ganadería, al principio me pareció una
barbaridad el tamaño de la finca, luego conocí a otros y cuando hablaban de las dimensiones de sus
terrenos me pareció normal.
Andrés era párroco del
Alto, tenía unos cuarenta y cinco años.
Joaquín era franciscano,
de unos setenta años, hacia treinta y siete años que estaba en Bolivia en una
pequeña parroquia del Beni.
Federico tiene unos
veinticinco años, se licenció en economía en la universidad de Lovaina y lleva
aquí dos años, según me contó, su padre habia sido embajador en Londres, es sobrino del obispo del Beni y sobrino de un político español
del Psoe.
Vino a Bolivia a pasar
un mes y se quedó aquí, trabaja en la secretaría del obispado, con cierto
acento boliviano me dice “esto es el
paraíso hermano”, el hizo de guía en la recepción, me explicó quién era
quién, y a qué se dedicaba, es el tío mejor informado de aquí, para eso trabaja
en la iglesia !!!.
Me explicó que Joaquín y
el Presidente eran primos y hacia más de treinta años que no se habían visto.
Para el franciscano fue
muy pero que muy emocionante, el presidente se hizo unas cuantas fotos y salió
cortando, nosotros seguimos tomando vinos y tapas hasta que se acabó, luego me
fui con Fede a cenar, al final encontramos una pizzería abierta en la plaza
Isabel la Católica.
Aunque tiene un tío
Obispo a Fede le gusta la juerga, fuimos a un boliche a un espectáculo con chicas, estuvimos hasta las dos de la
madrugada, me pude percatar que no era la primera vez que visitaba el local, me
contó que aprovechaba los viajes de trabajo a La Paz para darse un garbeo por
estos antros, salimos, yo tomé un taxi al hotel y quedamos para comer al día
siguiente.
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