Me alojo en un pequeño
hostal que se llama Carlos V, en la calle Linares, tiene quince habitaciones de
las cuales solo dos están ocupadas, es barato (425pts) y está limpio, como el
baño es común cada uno tiene que comprarse el papel higiénico.
Por la tarde he estado
en el museo de Santa Teresa, de la orden de las Carmelitas. Tienen gran
cantidad de cuadros religiosos, tallas y objetos de culto, he visitado las
distintas dependencias de la clausura, aunque lo que más me gusto fue el
claustro central, donde se respiraba paz, el porche tenía las columnas de
madera de cedro, y aún quedaba un manzano que según decían tenía más de
trescientos años y aún daba fruta.
El coro es
impresionante, allí se reunían las monjas a oír la misa, en el suelo enterraban
a las monjas que morían en unos arcones cuya
tapa era el suelo que pisábamos.
Al final de la visita te
vendían dulces que hacían las hermanas que todavía están en clausura, no me
atreví a probarlos, pero a cambio les compré un rosario para Consu, que también
fabricaban allí.
He dado un paseo por la
plaza del centro de Potosí, con árboles bien cuidados y debidamente
identificados con un cartel con su nombre vulgar y científico. Luego me pasé
por la iglesia de San Francisco de Asís, su arquitectura es preciosa, tiene una
bóveda de cañón central y a ambos lados cúpulas que forman un rectángulo de
cinco por tres metros. Junto a la iglesia se adosa un colegio de franciscanos.
Me acerque a ver la iglesia
de Santa Teresa y la Torre de los Jesuitas, pero no se puede entrar pues están
en obras de restauración, es un convenio con España con motivo del Vº
Centenario.
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