sábado, 12 de noviembre de 2016

SEBAS, EL ÚNICO EN HACER CUMBRE


Cerca de la cumbre del Imja-Tse


22 de octubre.
A media mañana llegan los dos grupos, Sebas ha sido el único que ha subido a la cumbre. Saoro tuvo problemas de frio en los pies y se bajó, Sebas con un solo sherpa hizo cumbre, nos damos un fuerte abrazo, estamos todos muy contentos de que Sebas haya subido a la cima del Imja-Tse de 6189m.
Al rato nos cuenta como fue la aventura, llegó al último escalón, después del campo uno, allí estaban todos dispuestos a volver, pues amenazaban las nubes y estaban muy cansados, pero Sebas llegó y dijo que él quería subir, pues estaba bien, así pues junto con Pemba siguieron, después de superar una ladera de 45 o 50º, subieron a la arista y de allí a la cumbre después de un pequeño refrigerio iniciamos la marcha hacia Thyangboche.

Thyangboche
23 de octubre.
Hoy hace bastante frio aquí en Thyangboche, la hierba está helada y cruje al andar. Después de la rutina diaria del desayuno nos disponemos a salir hacia Namche Bazar.
El camino de descenso es agradable, he podido hacer muchas fotos de árboles y plantas con flores, pero el ojo siempre se volvía hacia el Ama Dablam, es una montaña preciosa.
Al llegar a Namche estuve preguntando por Mateo y Antonio, pero nadie sabe nada, este cabrón nos podía haber dejado un mensaje, el va feliz y no piensa que los demás nos preocupamos.
Estamos en un lodge en la parte alta del pueblo, para llegar al bar, tienes que bajar un poco por la calle-camino, aquí vamos a cenar, luego para dormir utilizaremos las tiendas que están montadas en un bancal por debajo del lodge.
He comprado un cuchillo tibetano, le he pagado al cambio 1500 pesetas mas mi jersey del Aconcagua, seguro que me ha timado, pero el cuchillo es bonito.
Pub de Namche Bazar.
Fuimos a llamar por teléfono y conseguimos llamar a casa, la telefonista corta la llamada a los tres minutos, para que toda la gente que espera pueda llamar, después de cenar nos fuimos al pub de Namche, estuvimos de fiesta hasta altas horas de la madrugada, con música de los 70 y un aguardiente de los nativos que nos dejó bastante tocados. Sebas y otros del grupo se quedaron a cerrar el local, el camino de vuelta lo hicieron atravesando un campo de coles en linea recta, desde el bar hasta la tienda, por la mañana habían dejado una senda que parecía que había pasado una manada de elefantes salvajes.


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