VIAJE AL TÍBET
EL PAÍS PROHIBIDO
1999.
El
domingo 14 de noviembre, salimos de Alicante a las 8:30 de la mañana con
destino a Madrid, luego a Frankfurt, Karachi y Kathmandú.
Bueno
eso pensábamos, pero en realidad fue algo diferente, de Frankfurt hicimos
marcha atrás y aterrizamos en Amsterdam, luego muchas horas después aterrizamos
en Lahore, mas tare en Karachi y por fin en Kathmandú.
Hicimos
cola en el visado y luego en el equipaje, llegó todo, y por fin pudimos salir
del aeropuerto, cargamos todos los bártulos en una furgoneta que alquilamos y
nos fuimos a lo que de alguna forma sería nuestro campamento base en la ciudad,
el lujoso hotel Vaishali , bueno dentro de un orden.
Cuando
llegas a Kathmandú, te reciben con grandes muestras de simpatía, y te llenan el
cuello de guirnaldas de flores, en nuestro caso amarillas y naranja, que cuando
las tocas te las dejas en los dedos durante unos días por mucho que te laves
las manos.
La
primera noche solo dimos una vuelta por Tamel, el barrio donde se concentra el
turismo en la ciudad, y luego a disfrutar de una buena cama que después de
tantas horas de vuelo se agradece mucho.
Nuestro
objetivo era ir al Tíbet, para lo cual habíamos comprado un billete de avión de
España a Nepal un poco especial, teníamos dos noches de hotel a la llegada, y
cinco a la salida, y un espacio en medio de diez días que los dedicaríamos a
viajar a Tíbet, pero no contábamos con que el día 16 había huelga general, con
lo que no pudimos realizar ninguna gestión de los visados a Tíbet, por lo que
tendríamos que quedarnos un día mas en Kathmandú, fuimos a recepción para estar
una noche mas, pero nos dijeron que estaba ocupado, así pues tuvimos que
ponernos a buscar otro hotel, cosa nada fácil, pues los buenos hoteles estaban
ocupados por gente que como nosotros lo traían cerrado desde origen, el día 17
por la mañana trasladamos nuestros bultos a un guest haus, con una habitación
con cuatro camas y una suciedad aceptable, pasamos del lujo mas criticable a la
mas cruda realidad, no había otra opción.
Nos
pusimos en contacto con la agencia Tamserku, recomendada por la agencia
española donde compramos los pasajes para el viaje, primero nos pedían 2000$
por persona, como empezamos a regatear al final nos dijeron que no se podía ir
y nos dejaron tirados.
Pero
nosotros no pensábamos rendirnos, habíamos hecho un viaje demasiado largo para
conformarnos con excusas, volvimos a la calle a buscar una agencia que nos
tramitase los visados y la encontramos se llamaba Plan Holidays y no
solo se podía ir, sino que fuimos por 200$ los cuatro-
Les dejamos los pasaportes para que nos gestionasen los
visados y un anticipo para gastos, se portaron muy bien con nosotros y nos
consiguieron muy buenos precios, quedamos para el día siguiente que nos
recogerían en el hotel a las cinco de la
mañana.
18
de noviembre de 1999.
Nos
levantamos a las cinco de la mañana y
fuimos a reunirnos con el resto de los viajeros. La embajada de China no
concedía visados a grupos menores de cinco personas, pero si son solo cuatro,
como era nuestro caso, se paga un visado más a nombre del de la agencia, por
ejemplo, aunque no venga y ya tenemos un grupo de cinco, pero no hizo falta
pagar un visado de más, pues a nuestro grupo se unió un personaje curioso, se
llamaba Claudio, era argentino y residía en los EE.UU.
El
resto del grupo eran cinco jóvenes nacidos en Holanda y emigrados a Israel, dos
chicos y tres chicas, una de ellas, la
voz cantante la bautizamos Alexandra, en honor a la gran viajera por el Tíbet
Alexandra David Neel.
El
minibús arrancó a las 6:00 en punto y salimos en medio de un caos de motos,
coches, moto carros y ricksaus, hacia la ciudad de Bhaktapur, y comenzamos a
subir hacia el himalaya, en dirección al paso de Kodari.
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