Kodari
El
valle de Kathmandú, cada vez es más pequeño y lejano, a las ocho de la mañana
paramos a desayunar en un bar junto a la carretera con unas vistas sobre el
valle increíbles, allí entablamos conversación con Claudio, está enfermo, nos
cuenta que ha estado vomitando toda la noche, le doy una pastilla de almax y al
rato parece que está mejor. Continuamos el viaje, la carretera asfaltada da
paso a una pista de tierra cada vez más deteriorada, en algunos puntos, una
máquina de cadenas se esfuerza en reparar los desprendimientos para que los
vehículos puedan pasar.
Al
cabo de seis horas llegamos a Kodari, una pequeña aldea donde nos
deja el minibús, cargando todo nuestro equipo debemos andar unos cientos de
metros y cruzar el puente de la Amistad sobre el río Kosi Kola,
los vehículos no pueden cruzar, pasamos por delante de un centinela chino que
nos saluda militarmente, nos llama la atención su uniforme perfecto, pero esta
con zapatillas de deporte.
El puente de la amistad sobre el río Kosi Kola.
Bueno
ya hemos cruzado, ha sido fácil, las guías hablaban de varias horas en la
frontera, y nosotros hemos pasado, subido a los coches y salido hacia la aldea
de la parte china, Zagmu (Kaasa), en coche se tardan unos quince
minutos, allí volvemos a parar, ¿que pasa?, ¡que la frontera está aquí!!!! .
Los
soldados del paso fronterizo son muy jóvenes, parecen niños, pero con muy mala
leche, tratan muy mal a los tibetanos que intentan cruzar a pié cargados con
grandes saco de grano, nosotros tardamos quince o veinte minutos, comprueban el
visado y pasamos sin problemas.
Aquí
en la frontera, un chino quiere subir a nuestro coche, yo le digo que allí no
sube, pues ya vamos cinco y el conductor, le echo de allí y se va para el otro
coche, con los jóvenes de Israel, luego me enteré que era nuestro guía. Paramos
a comer en un sitio que estaba razonablemente sucio, pero la comida estaba
buena, Tugkpa, sopa de verduras con fideos, que se convertiría en
nuestro plato favorito durante el viaje.
Después
de comer subimos al coche con nuestro conductor, Tsonam, que solo hablaba
tibetano, bueno lo cierto es que no sabemos lo que habla, Toni y yo le hablamos
en valenciano, total no nos entiende, y para nosotros es más fácil, Mari y
Alicia nos lo recriminan pero ¿qué podemos hacer?.
El
camino cada vez es más difícil, pero el paisaje es maravilloso, la carretera es
de tierra, bastante ancha, en las inmediaciones de los torrentes se estrecha
bruscamente por los desprendimientos, los abismos son impresionantes, los
tenemos a nuestra izquierda en el sentido de la marcha, así entre tumbo y tumbo
vamos ganando altura, Zagmu está a 2300m y debemos llegar a
Nyalam (Condu) a 3850m.
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